Hasta ahora he intentado realizar una serie de posts que expliquen de una manera básica cómo funcionan los objetivos y de qué tipos de lentes están compuestos, aunque también nos hemos parado un poco en el sistema de autofoco que suelen utilizar, así como el autoiris y el zoom .
Pues bien, creo que como finalización de este grupo de posts, sería interesante saber los problemas más comunes que se nos pueden presentar con las ópticas dependiendo del entorno en el que se utilicen, así como la forma más recomendable para su limpieza dependiendo de los entornos en donde se hayan utilizado.
Para empezar quiero indicar una serie de factores que por su obviedad pueden pasarse por alto en más de una ocasión pero que sin lugar a dudas hacen que la aparición de ellos en las ópticas no funcionen de manera correcta. Estos factores son los siguientes:
-Las huellas dactilares.
-Las manchas.
-La grasa.
-El polvo.
-La humedad
Para eliminar las huellas dactilares, grasa o manchas de ese tipo en las lentes, en internet puedes ver vídeos demostrativos que muestran cómo hacerlo. Para realizar esto es necesario aplicar una pequeña cantidad de limpiador de objetivos a un paño o gamuza especial con la que hay que frotar realizando un movimiento circular desde el centro hacia la periferia de la lente.
En cuanto a los materiales que se suelen utilizar para la limpieza, existen multitud de ellos que se utilizarán dependiendo del tipo de elemento que tengamos que limpiar. Entre ellos los podemos dividir en útiles:
– Pinzas.
– Herramientas de sujeción.
– Guantes.
Y también podemos encontrar materiales, como:
– Alcohol isopropílico.
– Acetona.
– Agua ionizada.
– Aire comprimido.
– Algodón.
– Esponjas.
– Paños.
Las pinzas y las herramientas de sujeción se utilizan para fijar y manipular correctamente la lente. Los guantes nos van a servir para proteger las lentes de la grasa de las manos, la humedad, etc.
El aire comprimido es estupendo para quitar el polvo superficial sin tener que tocar ninguna parte de la lente para su limpieza.
Por otra parte, tanto el algodón, las esponjas y los paños o gamuzas son los elementos que se utilizan para la limpieza de las lentes y que de esta forma conseguir que no se rayen.
En cuanto a los productos como la acetona, el alcohol isopropílico o el agua ionizada nos van a ayudar a que la limpieza de la lente se realice de una forma segura.
Hay un detalle que no quiero que se me pase por alto, y es que cuando he mencionado que la lente se puede limpiar con acetona, hay que cerciorarse y tener mucho cuidado de que la lente no sea de material plástico, así como cualquier componente que esté en contacto con una lente aunque esta sea de vidrio.
En realidad (siempre que se pueda) lo mejor para limpiar una lente de forma no abrasiva es el agua y un jabón lavaplatos, siempre es mejor que usar productos químicos.
He comentado lo de limpiar con agua mientras que se pueda porque la humedad es un elemento muy crítico con las ópticas. Recuerdo que cuando estaba trabajando en retransmisiones en innumerables ocasiones nos sorprendía el agua o incluso la nieve y al terminar teníamos que meter las ópticas en bolsas de plástico con material absorbente del que venden en las tiendas especializadas hasta que este producto absorbía toda la humedad acumulada en la óptica.
Esto recuerdo que también lo hacíamos cuando trabajábamos en ambientes cercanos a la playa durante largos periodos, ya que si la humedad nos puede dar problemas el agua de mar es peor si cabe.
A parte de los ambientes húmedos como elementos perjudiciales para una óptica no podemos olvidar algunos más comunes todavía, como son los entornos con mucho polvo. En este caso, es imprescindible realizar los cambios de óptica para su almacenamiento lo más resguardados posibles y una vez en nuestro lugar de trabajo habitual realizar una limpieza más delicada.
Por último, otro factor que influye en las ópticas son los cambios de temperatura bruscos, ya que se pasamos de un ambiente frio a uno de más temperatura de forma brusca lo cual suele producir que se empañen las lentes y dificulten su uso durante cierto tiempo.
Todo esto que he comentado es referente a la limpieza de componentes de la óptica, pero ahora quiero detallar cómo se limpian cada uno de estos elementos que están presentes en las ópticas de una forma más específica.
Limpieza de elementos de la óptica
Los filtros
Normalmente la suciedad de los filtros suele ser el polvo acumulado, por lo que una primera limpieza puede realizarse con aire comprimido. En caso de que lo que tengamos que limpiar sea suciedad acumulada deberemos realizar una limpieza con algún tipo de gamuza y alcohol isopropílico o acetona.
Las lentes
Al igual que en los filtros, el agente que más suele ensuciar una lente es el polvo, por lo que el procedimiento que se debe utilizar primero es el de la aplicación de aire comprimido para retirar todo el polvo posible.
Si persiste la suciedad, entonces sí debemos utilizar unos paños o gamuzas adecuadas e impregnarlas de acetona, alcohol isopropílico o agua jabonosa y como indicamos con anterioridad, ir limpiando desde el centro de la lente hacia los bordes de forma concéntrica para una limpieza correcta.
Llegado a este punto no quiero dejar de comentar que por muy obvio que nos pueda parecer, a la hora de limpiar la lente ésta debe cogerse por los bordes para no tocarlas con los dedos aunque tengamos puesto los guantes adecuados para su manipulación. Además de que en dicha manipulación no deben intervenir objetos o elementos metálicos para su limpieza.
Siempre que percibamos que la lente tiene una mancha de huellas dactilares debemos ser rápidos para limpiarla ya que la grasa de los dedos hace que se acumule el polvo y se pueda dañar la óptica.
Espejos
Al igual que en los elementos anteriores el primer paso es la aplicación del aire comprimido para la limpieza del polvo. En caso de que haya que seguir con limpieza de huellas es sistema es el mismo que en los casos anteriores.
Estoy convencido de que hay más sistemas para limpiar las lentes, así que si conoces otros puedes comentarlo a continuación.