Ya empezamos a ver ciertos aspectos sobre la relación de aspecto en un post anterior relacionados sobre todo con el campo visual y la distancia de observación, pero en esta ocasión, y una vez aclarado estos términos, (necesarios por otro lado para una correcta comprensión de la relación de aspecto) quiero entrar ya de lleno en lo que trajo la digitalización de la señal de vídeo, sobre todo cuando irrumpe la alta definición, que obliga a que solo hubiese una sola relación de aspecto.
Uno de los cambios que conllevan estos sistemas, según se ha comentado, es el relacionado con las dimensiones tanto del CCD en captación como del display en reproducción, hecho que determina por lo tanto una diferencia en la relación de aspecto.
La relación de aspecto de una imagen o un fotograma de vídeo se define simplemente por la relación de su anchura por su altura. Normalmente, la relación de aspecto se describe como una relación de números (por ejemplo, 4:3) o como una anotación normalizada (por ejemplo, 1.33:1), pero si quieres que te quede un poco más claro te recomiendo que veas este vídeo que he realizado para ello.
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La relación de aspecto que se tomó a la hora de crear el sistema de televisión que tenemos hoy día, en realidad no tiene ningún peso técnico, ya que cuando se diseño lo que se intentaba era adecuar la relación de aspecto que tenía el cine en aquellos momentos con el nuevo sistema que se estaba diseñando.
Visto que no era posible adecuar el nuevo sistema a la relación de aspecto que se pretendía, se optó por aconsejar la relación de aspecto de 4:3, que guarda relación con la del cine (obviamente con las pantallas de cine de aquella época, ya que ahora son bastante diferentes), que sería con el tiempo uno de los principales proveedores de contenidos de la televisión.
La proporción de 4:3 para televisión ha estado en uso desde el origen de ésta y se ha usado también en los monitores de ordenador. Esta relación de aspecto fue definida por la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas anterior a la llegada del cine sonoro, es por ello su aceptación a la hora de crear esta relación de aspecto para el nuevo sistema de televisión.
Esta relación de aspecto original se desestimó en Hollywood dando paso a relaciones de aspecto de pantallas más anchas, que es a lo que siempre han tendido los sistemas de televisión que se han ido creando.
El sistema 16:9 es el que se ha elegido para la televisión de alta definición y fue propuesto por Kerns H. Powers, un miembro del grupo de alta definición del SMPTE.
En un principio lo que se pensó fue en crear una pantalla que aprovechase el máximo de superficie. Evidentemente esta proporción la da una pantalla cuadrada, así que lo más parecido a esto era la relación de 4:3. En aquella época la relación de aspecto de 16:9 era poco viable debido a que se desperdiciaba mucha superficie y el costo de fabricación del tubo de imagen con esas característica era demasiado elevado. En la figura siguiente se muestran diferentes relaciones de aspecto., en donde el cuadrado tiene una relación de 1:1, la de 4:3 de 1,333:1 y la de 16:9 de 1,777:1.
Este formato mejora sustancialmente la sensación envolvente de visualización de la imagen, pero entra en controversia con el formato de imagen de 4:3 a la hora de reproducir imágenes grabadas en un formato y reproducidas en el otro. Debido a que ambos formatos de pantalla van a coexistir mucho tiempo, es conveniente adaptar los diferentes formatos a las diferentes pantallas de una manera sencilla.
Otra de las relaciones de aspecto más utilizadas en televisión es la que tiene un formato de pantalla muy ancha, la referida al Cinemascope, cuya relación de aspecto se define como 21:9 o también como 2,33:1.
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En la siguiente tabla se muestran diferentes relaciones de aspecto que se contemplaron en su momento y otras que están vigentes en la actualidad.
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La relación de aspecto que definieron las diferentes normas para el sistema de televisión en alta definición como se ha comentado es de 16:9. Ahora bien, estamos actualmente en un momento de coexistencia de relaciones de aspecto, por una parte el que acabamos de comentar y por otra el de definición estándar clásico de 4:3.
Esto no deja de tener un cierto problema en cuanto a la conversión de las dos relaciones de aspecto al intentar visualizarlas en pantallas que no están acordes a la relación de aspecto en el que fueron grabados.
Si intentamos hacer lo que acabamos de comentar sin tener en cuenta esta conversión veríamos la imagen deformada, para ello existen métodos con las diferentes conversiones de pantalla que lo que hace es que se pierda información o se deforme la imagen, pero a la vez éstas adecuan las señales en ambos casos.
Si te fijas, hay una gran variedad de dimensiones de pantallas, sobre todo en cine, y de esto es de lo que hablaré en el siguiente post. Aunque si conoces alguna relación de aspecto diferente puedes dejarnos un comentario a continuación.
Fuentes consultadas:
